"En Bogotá, la Caja de la Vivienda Popular construye confianza con acciones que protegen a la niñez y respaldan a las familias, impulsando entornos seguros y hogares dignos. Un niño que crece protegido, en una vivienda estable y con un título de propiedad en manos de su familia, tiene la oportunidad de soñar, de creer en su futuro y de aportar a una Bogotá llena de esperanza".
Bogotá D. C., 12 de agosto de 2025
Por: Adriana Arango - Oficina Asesora de Comunicaciones
En las laderas empinadas de Ciudad Bolívar, donde las casas permanecen juntas como vecinas que se apoyan cada día, vive la familia Ariza Rivera. Su hogar, en el barrio Bella Flor, se alza como símbolo de esperanza y lucha. Yonis Ariza, nacido en Ciénaga, Magdalena, y su esposa, Dolly Rivera, han construido con esfuerzo y constancia una vida digna junto a sus hijos. Desde el año 2010 habitan este rincón de la ciudad, enfrentando los retos propios de un territorio que ha sabido resistir y que hoy empieza a florecer de la mano de quienes lo habitan y de una Alcaldía Mayor que cree en su gente.
Su historia tomó un rumbo distinto gracias al programa Título en Mano de la Caja de la Vivienda Popular (CVP), entidad de la Alcaldía Mayor de Bogotá. La familia recibió la titulación de su predio y el mejoramiento de su vivienda. No solo recibieron un documento firmado y sellado; recibieron la llave que abre las puertas a un futuro más seguro y lleno de oportunidades. Tener casa propia y segura significa mucho más que cuatro paredes: es contar con un refugio donde la vida se desarrolla, donde los niños crecen protegidos y donde la esperanza echa raíces profundas.
Para Thomas, el hijo menor, esta titulación no es solo un cambio material: es un nuevo horizonte. Los niños son el corazón que late más fuerte en cada hogar y, como tantos otros, necesitan un entorno seguro para soñar sin miedo, estudiar sin interrupciones y jugar sin que la inseguridad les robe la risa. Un título de propiedad garantiza ese derecho a la tranquilidad que muchas veces se da por sentado. La niñez, ese tesoro frágil y a la vez poderoso, es el verdadero futuro del país; protegerla no es un acto opcional, es un deber que nos define como sociedad.
Yonis lo sabe bien. Además de trabajar en remodelación de obras, ha sido durante años un líder social comprometido y presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Bella Flor. Para él, el liderazgo no es un título, sino un compromiso diario: escuchar a los vecinos, buscar soluciones, gestionar apoyos y tender puentes entre la comunidad y las instituciones. “Cuando hablo de transformación, para mí, como líder comunal, es mucho más que tener una vivienda segura. También significa contar con un entorno seguro. Cuando logramos ser propietarios y sentimos que una vivienda es realmente nuestra, surge el deseo de cuidar y proteger, junto a nuestros vecinos, todo lo que hemos construido. Esa transformación ha sido un proceso de concientización en la comunidad: entender que juntos podemos alcanzar muchas más metas. Ha sido algo muy valioso que hemos impulsado desde el trabajo comunal y por lo que seguimos luchando, para que cada vez más personas se beneficien y nuestro barrio no solo tenga seguridad, sino también una mejor calidad de vida para todos”, afirma con la convicción de quien ha visto el cambio con sus propios ojos.
Ese cambio no sería posible sin el acompañamiento constante de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que a través de la CVP ha llevado soluciones reales a las familias: títulos de propiedad, mejoramientos de vivienda, entornos más seguros y oportunidades que fortalecen el tejido social. Porque un barrio que se siente respaldado es un barrio que confía, se organiza y trabaja unido por su propio progreso.
Hoy, Bella Flor ya no es solo un nombre en el mapa: es un territorio que late con esperanza. Las calles que antes parecían olvidadas se llenan de voces infantiles, de vecinos que se saludan con orgullo y de hogares que saben que el futuro puede ser distinto. Un título de propiedad significa que el esfuerzo de años se consolida, que los hijos heredarán no solo un techo, sino la certeza de que la vida puede construirse con dignidad.
La Alcaldía Mayor de Bogotá está convencida de que la transformación de la ciudad empieza por las personas. No hay política pública más poderosa que aquella que protege a la niñez y fortalece a las familias. Porque cuando un niño crece seguro, amado y con oportunidades, crece también una sociedad más justa y fuerte. Y cuando una comunidad entera siente que las instituciones cumplen su palabra, la confianza se convierte en motor de desarrollo.
El barrio Bella Flor, como muchos otros de Bogotá, seguirá recibiendo el acompañamiento y el apoyo necesario para que este cambio no sea un momento aislado, sino el inicio de una nueva historia colectiva. El futuro no será solo para unos pocos; será para todos, sin importar el lugar donde se haya nacido. Ese futuro se está construyendo aquí, ahora, con cada título entregado, con cada casa segura, con cada niño que corre libre por una calle donde el peligro ya no tiene permiso para entrar.
Bogotá se construye desde sus barrios, desde el amor de sus familias y desde la protección de sus niños. Y hoy, la familia Ariza Rivera y toda la comunidad de Bella Flor saben que su esfuerzo tiene recompensa y que el mañana —ese que tantas veces parecía incierto— hoy se mira con la certeza luminosa de quien sabe que lo mejor está por venir. Y vendrá, porque en Bogotá el compromiso con la gente no es una promesa: es un hecho que se entrega a través de acciones como un título de propiedad que hace que la esperanza tenga nombre y dirección propia.